LA ELEGANCIA, PREMISA BÁSICA EN TODA CEREMONIA
Si estás invitado a una boda este año y ya cuentas con el traje para ser el invitado perfecto, has de recordar que si es importante una buena impresión a la vista de todos, el comportamiento ha de ser condición sine qua non, para que tu elegancia brille y perdure con luz propia a lo largo de toda la boda.
«Elegancia es actitud, hasta en el último detalle»
En nuestro post «Opciones de traje de invitado» comentamos la manera de vestir correctamente para una boda y, ahora que se nos encontramos en tiempo de bodas, queremos recomendar ciertas normas básicas de comportamiento para no desentonar con la formalidad del acto.
Te invitamos a considerar los siguientes consejos para proyectar educación y buen gusto a la vista de todos y sentirte elegante desde dentro hacia fuera.
El traje adecuado.
No se trata de ser el más destacado o de intentar pasar desapercibido, si no de vestir de la manera adecuada para la boda.
Para ello, la elección del traje se realiza en función de si hay un código de vestimenta, la hora de la boda… Para este apartado te recomendamos que leas «Opciones de traje de invitado«
La Puntualidad.
La buena educación viene representada en muy diversas actitudes y la puntualidad es un gesto de cortesía que todo invitado debe de respetar en una boda.
Saludos y presentaciones.
En las ceremonias, casi siempre nos encontramos con algún conocido o amigos y, por supuesto, conocemos siempre a gente nueva.
Un buen invitado debe de hacer agradable la comunicación con las personas que acaba de conocer.
Si quieres entrar en una conversación, asegúrate que esté formada por tres o más personas, ya que incorporarse a un diálogo entre dos personas resulta de mala educación, al poderse tratar de una charla privada.
El regalo.
Según el protocolo de bodas, se exige que los regalos se den antes o después de la boda y no se debe de presumir con los demás invitados con lo que se ha regalado a los novios.
El comportamiento general.
Un buen invitado es moderado y mantiene siempre las formas a la hora de conversar y opinar, de beber y comer; guarda la compostura a la hora de expresarse, es amable, se muestra agradecido por cualquier detalle, es educado y se disculpa ante cualquier pequeño desliz o incidente.
«La prudencia es la norma de comportamiento para el invitado perfecto»
Aunque tirar arroz sea una tradición centenaria que simboliza la fertilidad, la abundancia y la prosperidad a los novios, es cierto que puede resultar molesto porque mancha y se queda en ciertas partes de la ropa o el pelo…Usar en su lugar, pétalos de rosa, llena el momento de un ambiente muy mágico, y es menos molesto para la pareja.
Ahora que están tan de moda las nuevas tecnologías, te aconsejamos que no hagas un uso excesivo del móvil, y no lo uses a no ser que sea absolutamente necesario. Lo recomendable en estos casos es que todo el mundo lo mantenga en vibración, al menos en la hora de la ceremonia y la cena. Por supuesto, no lo mires constantemente en medio de conversaciones.
Si te aburres, sigue el consejo de entrar en alguna conversación o, simplemente, hay que saber estar, con buen gesto agradable y predispuesto de un modo educado, tanto en actitud activa como pasiva.
Si eres el alma de la fiesta allá donde vas, recuerda que estás en una boda donde los protagonistas son los novios. A no ser que seas el hermano o el mejor amigo, alguien muy allegado al fin y al cabo, no hagas movimiento alguno que pueda desentonar y destacar por encima de los novios.
Durante la cena y el cambio de plato, hay quien se levanta a saludar a otra mesa, y esto no es recomendable en el protocolo de ceremonia, porque causa cierto desorden en la organización de la cena. Aun teniendo en cuenta que suele verse esto, lo correcto es quedarse en la mesa hablando con las personas que hay en ella.
La despedida.
Lo ideal es despedirse correctamente y de una forma breve al irse, mostrándose agradecido, al menos de los novios y de las personas con las que más contacto se ha tenido o que son más conocidas de la ceremonia.
«Debemos de ser distinguidos y elegantes, sin forzar los modales y manteniendo las formas desde el primer saludo hasta el último adiós a los novios y demás invitados»
